Ser líder en un entorno estable representa ciertos retos, pero en una época de constante cambio e incertidumbre puede volverse un verdadero desafío.
El cambio puede vivirse como positivo o negativo, imprescindible o necesario, alentador o aterrador, fácil o difícil, emocionante o alentador. Todo ello se ve reflejado en las dos principales tendencias de respuesta por parte de los líderes que se observan en estos casos:
Tendencia Cauta: conservadora, de evitar riesgos y de retomar experiencias que en el pasado han resultado efectivas; tomar decisiones prudentes, bajar la velocidad y el ritmo, haciendo cambios graduales, alineados a la estructura, los sistemas y procesos establecidos.
Beneficios:
- Se evitan los riesgos
- Se propicia el ahorro
- Permite sobrevivir al negocio
Con riesgo de:
- No aportar crecimiento
- Minimizar la innovación
- Coartar la creatividad
- Privilegiar la visión de corto plazo
- Mantener un enfoque reactivo y adaptativo
Tendencia Audaz: mira la incertidumbre como la condición en donde, a falta de claridad, hay que inventar; se vive la posibilidad de crear. Renuncian al pasado y se orientan al futuro, a veces de una manera agresiva, disruptiva. Desafían las estructuras, sistemas y procesos establecidos. Abogan por un cambio integral del modelo de negocio y tienden a centrarse en las nuevas posibilidades, visión y dirección.
Beneficios:
- Favorece el uso de la imaginación y la creatividad
- Mantienen actitud optimista, y no se dejan limitar por posibles obstáculos
- Pueden crear nuevas oportunidades de negocio
- Muestra iniciativa y confianza en el futuro
- Privilegia la visión de largo plazo
Con riesgo de:
- Al ir en contra de lo establecido pueden parecer poco lógicos
- Causan ‘temor’ y desconfianza entre quienes son más convencionales
- Pueden incurrir en algunos riesgos y cometer errores en el proceso de aprendizaje
Sin embargo, la posición más efectiva podría ser gestionar adecuadamente la polaridad de estos enfoques y aprovechar al máximo el potencial de rendimiento de la organización, dedicando esfuerzos a ambos polos de forma simultánea: mantener estables los elementos clave de la organización, que hasta el momento han resultado exitosos para obtener los beneficios del modelo empresarial actual, a la vez que se vayan introduciendo las innovaciones que impulsan hacia el futuro deseado.
Técnicas como el Mindfulness ayudan a los líderes a gestionar sus propias reacciones ante la incertidumbre, de tal manera que puedan aprovechar las oportunidades que los cambios ofrecen. Los líderes que desarrollan habilidades de atención plena resultan menos reactivos y más propositivos, con menos automatismos y con más opciones deliberadas.
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