En un mundo tan cambiante como en el que vivimos, el éxito de una empresa se basa en su capacidad de innovación, lo cual le permite sobresalir de la competencia y adaptarse a los cambios constantes. Es por esto que, la creatividad se ha vuelto elemento fundamental para asegurar la competitividad y continuidad de la organización.
La creatividad activa el proceso innovador por medio de la generación y desarrollo de ideas en el entorno empresarial. Es importante destacar que todas las personas son potencialmente creativas, todo depende de qué tanto la ha desarrollado con el tiempo, sus actitudes personales y si el ambiente propicia la expresión de esta.
Se puede definir la creatividad como la capacidad de crear nuevas ideas o soluciones ante una situación determinada. Normalmente, se puede confundir a la creatividad como sinónimo de innovación y aunque son parte del mismo proceso, esta última se enfoca en convertir e implementar dichas soluciones en la práctica.
Con base en lo anterior, su aplicación, también, implica la generación de nuevos enfoques o métodos de trabajo que rompen esquemas tradicionales, ya que el desarrollo de ideas innovadoras requiere de nuevas perspectivas. La forma en cómo se llegó al éxito empresarial en el pasado, no es garantía de que funcione para el éxito del futuro.
El desarrollo acelerado de las tecnologías de la información, ha propiciado que el conocimiento esté al alcance de todos; por tanto, sólo aquellos que lo utilizan de manera creativa, obtienen un mayor valor agregado. La gran cantidad de productos y servicios existentes en el mercado, demanda innovación constante para lograr la atención de los consumidores, sustituir aquellos obsoletos y/o ampliar la oferta.
Para fomentar la generación de soluciones innovadoras se requiere que las empresas diseñen una estrategia efectiva para lograr cambios incluso dentro de su propia cultura. Podemos poner como ejemplo aquellas grandes empresas como Apple o Google; las cuales utilizan formas de trabajo tan diferentes en comparación con los modelos tradicionales.
Compañías con este tipo de estrategias, la cultura y modelo de trabajo incluso se reflejan en sus instalaciones físicas, ya que tienen espacios dedicados al juego y descanso, convirtiendo sus oficinas en espacios lúdicos, lo cual, en primer lugar, se transforma en una experiencia única de trabajo para los colaboradores. En segundo, al estar en este tipo de ambientes relajados es cómo ellos pueden potencializar su capacidad creativa y lograr soluciones innovadoras que les permita alcanzar mejor los objetivos deseados, sin necesidad de seguir un modelo de trabajo convencional.
Es muy importante recalcar que las empresas deben crear una cultura que permita a los empleados expresar libremente su creatividad. Esto no sólo asegura una mayor iniciativa e involucramiento en las actividades, se fomenta también mayor motivación y productividad; logrando con ello una ventaja competitiva.
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