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La necesidad de retener el talento en las organizaciones ha sido un tema que ha venido creciendo en interés e importancia durante las últimas décadas, en parte como una consecuencia en el cambio de intereses y de las expectativas de las generaciones más jóvenes que se están incorporando al mundo laboral.

Los llamados Millennials y la generación “Y”, han modificado por completo sus expectativas en relación al trabajo y como empleados son mucho más exigentes a la hora de escoger una organización y de cumplir con una labor determinada, ya que no solo el factor económico se convierte en una motivación como se pensaba en la antigüedad, sino que existen otros factores que resultan igualmente importantes y que cumplen con otro tipo de necesidades por parte de los trabajadores que están íntimamente relacionadas con su autorrealización.

Este grupo de personas que tienden a ser inestables en su puesto de trabajo, están ansiosos de conocimiento, no reconocen un modelo de autoridad sino un modelo participativo donde su opinión cuenta con cierto grado de autonomía y buscan una formación profesional por medio de la experiencia y los nuevos retos. Las empresas están entendiendo que los esquemas tradicionales en las condiciones de trabajo ya no son operantes y se están enfrentando al reto de encontrar nuevas formas de motivar y retener a quienes consideran miembros sobresalientes, con posibilidades de crecer en la organización.

En general, la clave para la motivación es la capacidad para crear un escenario de trabajo que responda de manera positiva a las necesidades y metas del individuo, y que esté también alineado a las necesidades del mercado, que también es altamente cambiante y competitivo en donde se hace necesario una constante adquisición y perfeccionamiento de nuevas habilidades. Considerando que los profesionales jóvenes valoran la independencia no solo intelectual si no funcional, ya que “han aprendido a cuidarse solos”, facilitando su acceso a la información digitalmente, gustan de moverse entre los valores de la autenticidad, como el ser uno mismo y expresar su opinión frente algo sin perjuicios, buscando la superación personal y alcance de metas profesionales.

Es en relación con estas condicionantes que el Coaching ha demostrado ser una de las opciones más viables y por lo tanto socorridas por empresas de gran envergadura, que han sido las pioneras en el tema, brindando así espacios individuales, personalizados, cuya esencia va en función de favorecer que afloren los talentos del Coachee, más que enseñar conocimientos nuevos. Ayuda también a reforzar el sentido de valía, al ampliar la visión y el conocimiento de sí mismos, al identificar patrones y cuestionar acerca de contextos posibles, enfocándose no en el rendimiento previo, sino en el potencial de la persona para proyectarlo a posiciones de crecimiento y mayor aportación, responsabilizando a la persona de su propio crecimiento.

El hecho de que sea específico y referido a proyectos inmediatos o de mediano plazo, crea un ambiente propicio para la innovación y el aprendizaje, elementos que “resuenan” con los intereses y expectativas de los jóvenes talentos, que pueden generar una relación de mayor permanencia y compromiso con las organizaciones. Además, la imagen de la empresa se ve favorecida al proyectar un compromiso con la individualidad de sus colaboradores y su desarrollo, haciéndola ‘deseable’ para quienes están en búsqueda de oportunidades laborales y de crecimiento profesional.

En DOit Beyond Limits, contamos con consultores certificados en Coaching con diferentes líneas de especialidad. Nuestros programas son un recurso valioso para el desarrollo del capital humano, con los beneficios adicionales de mejor imagen en el mercado laboral, y sobre todo en productividad, al beneficiar la retención de los talentos.

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